martes, 23 de marzo de 2010

El síndrome de Pinocho


Por estos días el Papa Benito se mandó una cartita condenando los abusos sexuales de los curas irlandeses y el encubrimiento practicado por los generales de su iglesia en la Verde Eirin. Lo leí y se me escapó: ¡Uffff!
Desde tiempos inmemoriales hay curas que se fifan a los pibes, monaguillos o escolares, que de los otros, los que atienden a viudas y solteras no voy a hablar porque esos hasta me caen bien.
El capo de los Legionarios de Cristo -y bue... ya se sabe cómo son los legionarios. Tanto desierto y tanta falta de minas, terminan beneficiándose al que tiene menos barba- no sólo tuvo varios hijos con varias mujeres, en la mejor tradición mexicana, sino que se culeó a indeterminado número de pibes, pero siguió siendo amigo del polaco llamado Juan Pablo II, que siempre se hizo el tonto, y ahora hasta capaz que le cuesta la santidad.
Los irlandeses, que son tan católicos como los polacos, o sea, no se puede ser más, se dividieron. Unos en contra porque esperaban más severidad. Otros a favor porque leen entre líneas -grave enfermedad- y piensan que su Papa sugiere que los pederastas se sometan a la justicia de la tierra, que la divina no te manda a la cárcel.
Yo escuché a un español bien mayor, que concurre a la iglesia todos los días, decir: esto siempre sucedió. Y quedarse lo más campante.
Entonces otra vez vuelvo con la milonga que toqué en otra vuelta: ¿Por qué mierda los católicos siguen tan callados y les parece tan normal que los degenerados con sotana y poder se cojan a los pibes?
Me dirán: en la Iglesia también hay buena gente, no se puede generalizar.
Yo digo: si en la banda de Ben Laden hay gente buena nadie los salvará de una condena por terrorismo. Si Lorenzo Manyaterra es un buen tipo, pero está en la camorra o en la mafia, nadie lo salvará de haberles hecho el juego.
Me cago en las buenas personas que, con su prestigio o su bondad, sirven para justificar una organización de funcionamiento mafioso como la iglesia católica.
Y que quede claro que los protestantes, y los otros, todos ellos, no me parecen mejores.
Remedando a algunos que me desean todas las desgracias pero me mandan abrazos:
Amigo Benito, a usted le está afectando el síndrome de Pinocho, pero no con la nariz, con las orejas. Cuidado, que va a terminar como Dumbo.


2 comentarios:

Jean-Marc dijo...

Para los que entienden un poquito de frances (un poquito es suficiente)

http://maesterbd.wordpress.com/2010/03/24/longtemps-le-pape-na-pas-pipe/

Raúl dijo...

....Amén!