miércoles, 22 de abril de 2009

Inteligencia y humor sardónico

Este libro de Antonio Baños viene a confirmarnos que somos bastante tontos, sin excepción ni siquiera del autor, pero lo hace con ironía y duele menos.
Hacía tiempo que no leía un texto tan inteligente y bien escrito. Más, digo: si estuviera editado en EEUU sería best seller universal.
Como volveré sobre este libro para piratearle fragmentos impagables -quiere decir que no le voy a pagar nada- ahora repito el chamullo de la editorial, sospecho que escrito por Antonio Baños. La foto de abajo la tomé hace tres días, cuando presentó el libro cantando, entre otras cosas propias, "El empleado del mes" en FNAC de Barcelona.


Antonio Baños Boncompain es un cuarentón en el paro que un día, harto de sufrir los reveses de la economía, decidió acabar con esa pseudociencia dejando de prestarle atención. Nació y vive en Nou Barris, en Barcelona. Su vida ha sido variada y extemporánea pero ha estado regida siempre por los cánones propios de un pensador de principios de siglo: fidelidad al mileurismo y una firme adhesión a la precariedad, tanto laboral como intelectual.
Periodista de oficio, ha cubierto acontecimientos singulares como los Juegos Paralímpicos de Barcelona, la campaña electoral de José Mari Aznar del 2000 y un campeonato de Scalextric en Igualada. Ha trabajado en revistas de gran difusión, como Panadería y Molinería, Vida Apícola, Ajoblanco y Apnea, revista de submarinismo, y es colaborador de Qué Leer y El Periódico. Nunca ha permitido que su interés por la economía política afectase a su cuenta corriente. De él se podrán decir muchas cosas pero nadie podrá acusarlo de haber tenido éxito. Con este libro alumbra, sin embargo, la pragmática idea de desmontar el sistema capitalista sin moverse del sillón. ¡Suerte!
Ah, también es músico de rock, y compone canciones con títulos tan llamativos como «La economía no existe». Los amantes de la economía musicada disfrutarán con


http://www.myspace.com/laeconomianoexiste.


lunes, 20 de abril de 2009

Vino en capsulitas


Lo que yo siempre sostuve, que un día el garnacha nos daría una sorpresa.

Ahí lo tienen, haciendo lo imposible por la salud de la humanidad. En una sola cápsula de Revidox ahora se puede manyar 45 kilos de uva o su equivalente en vino tinto.

¿Qué tal? Dicen que es la fuente de Juvencia, el “elixir de la vida”.

Yo me imagino el cacho de pedo que me puedo agarrar con un par de capsulitas y una lata de sardinas, para que no falte la comida, y me digo:

¡Qué grandeS lamedicinA! ¡Uno delo mejorE sinvento deste mundO!