miércoles, 25 de marzo de 2009

Atame esos ladrillos


Barack Obama, el nuevo gurú de los ilusionados, aseguró anoche que, pese a las enormes dificultades económicas, su país va en "la dirección correcta".
En opinión de Obama, "por primera vez en mucho tiempo, se comienza a ver signos de incrementos en el consumo y se estabiliza el mercado inmobiliario.

Eso, sobre todo ese asunto de lo inmobiliario, que venía un poco flojito.

martes, 24 de marzo de 2009

Presentación y debate


Presentación de la novela La última caravana (Editorial Edebé, 2008), y debate abierto sobre la realidad argentina, a cargo del escultor Fernando Molina, de la Plataforma Argentina contra la Impunidad, y Raúl Argemí.




En los prolegómenos de la peor crisis de Argentina, un extraño grupo, que nuclea ex presos políticos, jubilados, putas y cantantes de coro, se lanza a la aventura de fundar un singular partido político y robar un banco, pero la realidad los sumerge en una historia que supera su imaginación.






Hora: 19,30 Día: 27/3/2009

Lugar: Casa Amèrica Catalunya.

c/ Còrsega, 299.


Barcelona

lunes, 23 de marzo de 2009

No dejar pasar


El que se pierda esta novela, si no tiene la excusa de estar en el fin del mundo, no tiene disculpa.

Sí, es la última novela de la Colorada Falarás. Decir que es buena es quedarse corto. Apabulla.

Alcanzame esa parrilla


El martirologio cristiano da para todo. Desde la carcajada hasta la franca mueca de asco. Pero, he aquí que sin proponérmelo, en una charla de desayuno con Ella, he descubierto que santo les corresponde a los varones argentinos que presumen de asadores: San Lorenzo. Y no tiene nada que ver con el fútbol.
A San Lorenzo lo hicieron santo porque el tipo terminó mal, pero conservando la línea.
Resulta que los herejes, infieles o algo parecido, lo agarraron y lo acostaron en la parrilla. Literalmente. Sobre los fierros y con fuego de brasas por debajo.
El tipo, santo varón, conservó el estilo hasta el final y sorprendió a sus asadores cuando les dijo que ya estaba de un lado, y que deberían darlo vuelta del otro.
Puedo imaginarlo:
Lorenzo (de espaldas sobre la parrilla): Oiga, don, perdone la molestia…
Verdugo (con mal genio profesional): ¡No me venga con quejas, que no hay nada personal!
Lorenzo: De ninguna manera caballero. Sólo quería informarle que mi parte posterior está crujiente, doradita y jugosa. Debería darme vuelta para que no me pase de punto.
Verdugo (enjugándose una lágrima, mientras lo pone boca abajo) -¡Esto no es un asado, es un santo! ¡Propiamente un santo!
Y ahí quedó: San Lorenzo por los siglos de los siglos amén.